viernes, 27 de junio de 2008

Sexo en BsAs

Se abre el telón.

Baño de mujeres en el interior de un bar, de fondo suena You´re just too good to be true. Encerrada en el excusado, Esaque escucha las voces de 2 mujeres. Seguro que están frente al espejo.

Mujer1 (entusiasmada): ¡¿Te enseño las tetas?!

Mujer2 (sorprendida): ¿Qué?

Mujer1: ¡Las lolaaas!

Mujer2 (ahora que entiende, responde con natural falsedad): Aaaaaah. ¡Qué lindas!, es verdad. ¿Y quién te las hizo?

Mujer1: ¡Un doctoor!

Mujer2 (satisfecha): Aaaaaah

Las mujeres salen del baño. Esaque sale de su escondite. Mientras se lava las manos prolonga la conversación en su mente.

Mujer1: ¿Y a ti? ¿Quién te las hizo?

Mujer2: A mí, un abogado.

Mujer1: Aaaaah.


Segundo acto.

Esaque llega a la mesa en la que sus compañeras de hermandad comparten espacio y sonrisas amables con una colombiana y dos argentinas. Al fondo una banda interpreta en directo el tema Mr Jones. No tan al fondo. Hay que gritar.

Colombiana: Y tú, ¿de dónde eres?

Esaque: Yo, de Asturias.

C: ¿Y qué haces acá?

E: Trabajo.

C: ¿Y qué horóscopo eres?

E (que esperaba que su siguiente respuesta fuese “en una agencia de Publicidad”):…Sagitario.

C: Ya decía yo, los sagitarios son muy divertidos.

E (no entiende nada. Salta el bache): ¿Y tú, qué haces en Argentina?

C: Es una historia larga, tengo 26 años, un ex marido, y un hijo de 3. Nos hemos separado hace no mucho y yo puedo salir del país pero para sacar a mi hijo necesito la autorización del padre y ahora he conseguido trab…

(¡Dios mío!, ¿¿en dónde estoy metida?? ¿Pero eso no era en Irán?)

Aparece el camarero con una botella de Moet Chandon que no hemos pedido. Se lo hacemos saber.

Argentina1: ¿Esto lo ha pedido alguien?

Argentina2: Noo.

Argentina1 (ojitos hacia arriba, cae en la cuenta y mira a la mesa de atrás): Chiiicas, denle las gracias a los chicos.

(Repito: ¿en dónde estoy metida? No me jodas que estoy encerrada en un capítulo de esa maldita serie que odio).

Argentina2 desaparece y según nos cuenta argentina1 es que se ha enamorado. Está en la mesa de al lado. -Es que el rubio es el dueño de una productora muy importante acá, ¿sabías?-.

Esaque (interiorizando el léxico): Aaaaah.


Tercer acto

Ya no hay música en directo ni champán. Suena Sex bomb y Esaque suda la camiseta por los tiempos pasados en un intento estéril de abstraerse del entorno. Imposible. Cuenta los pisotones. Los patapalos están por todas partes y se empeñan en ligar con las “jovenzuelas” utilizando los pasos que han aprendido en las clases de baile de salón a las que asisten cada martes a las 8 con sus señoras esposas. Las chicas, por su parte, imitan, descarao, coreografías de Dirty Dancing. Especialmente esa en el que Patrick toma a Baby por la cintura y ella se estira hacia atrás hasta donde le permite la espalda. No me pueden engañar, me la sé de pe a pa.


Cuarto acto

Aparece un patapalo nuevo que se introduce en el corro. Podría ser mi abuelo. No lo podemos echar, resulta que es “amigo nuestro” y argentina2, que ya se ha desenamorado, me explica que es el dueño del boliche en el que estamos. Es amigo de los padres de argentina1 y la madre de argentina1 le ha hecho saber a su hija que como se entere de que están liados va a mandar que lo maten a tiros. Textual.

Esaque: Aaaaaaaah.


Quinto acto

Suena Girls just wanna have fun. Argentina2 se ha enamorado de nuevo.

(¿Nos invitarán a algo otra vez? Yo la verdad que tengo hambre. ¿Una chocotorta, podrá surgir de este naciente amor?)


En cuanto a mi hermandad, éxito rotundo. Uno se nos acercó para decirnos que M. le parecía hermosa y que nos invitaba a todo lo que quisiéramos toda la noche.

A mí se me acercó otro para avisarme de que luego venía a bailar.

Rumbo a la mesa para coger las chaquetas y dar por terminada la procesión, otro patapalo -que al menos permanecía sentado en su mesa- hace pequeños movimientos de nuca para indicar a L. que se acerque y se siente a su lado. A lo que ella, a 7 metros de distancia, responde con un educadísimo “no, gracias”. Si la vieseis, ahí tan mona, tiesa como un pan de 5 días, con su camisita blanca y su canesú, sus zapatitos de charol y su sonrisa de buena persona haciendo gesto de “no no no” con el índice y con la cabeza…

Cogimos un taxi y en el camino compartimos impresiones de la noche. No había tango, sólo había sordidez.

Cuando llegué a casa me lavé los dientes y las manos pero la cara no porque me daba pereza y no iba maquillada.

Me puse el pijama y no cogí el portátil para escribir alguna reflexión ridícula sobre los hombres y las mujeres y la vida en las grandes ciudades.

Me metí en la cama y me quedé dormida con la luz encendida, no fuera a ser que algún fantasma de la noche pretendiese convertir mi descanso en pesadilla.

La previa

Estoy en la agencia cuando sólo quedamos tres personas y suena Wild Horses. Si no escribo ahora no merezco este huequecito en el espacio. Si dejo que pase un minuto más sin guardar bajo bits las emociones de este día merezco muchos más días como éste, llenos de contradicciones como columpios que suben y bajan a la velocidad del segundero.
Se alegrarán de saber que me ha ido bien en el primero de mis exámenes imposibles. Supongo que estarán muy contentos cuando les diga que el título ORIGINAL que me manda S.A.R Juan Carlos I firmado por la ministra de cultura Pilar del Castillo, expedido en el 98, apostillado 10 años después y con unos bordes color morado de verdadero mal gusto, ya está en mi poder y me ha valido para llegar, justo a tiempo, a la meta.
El ataque de nervios fue estupendo. Después del spring, cuando me senté en las escaleras de la facultad a fumar y a esperar junto a mis compañeros a que nos fueran llamando uno a uno para sentenciarnos en Psicología General, apareció Gastón, el amable bedel, que en esta ocasión se mostró impasible como es impropio en él.

-Paola tenés que darme una fotocopia de tu pasaporte.
-Ahora no Gastón, ¿no ves que estoy adherida a esta escalera?
-Si no me la das vas a estar ahí sentada hasta que te canses porque no te van a llamar más.
-Ay Gastón, que no que no, que no puedo…


Y de verdad que no podía. Así que una de mis amabilísimas y solidarias compañeritas que fue la primera en entrar a hacer el examen y salió con una sonrisa de 9, bajó desde el piso 17 hasta el subsuelo con mi pasaporte en la mano. Gastón contento y yo en estado catatónico.

Pero ya está, ya pasó, y esto en verdad no es de hoy, es de ayer. No podía ser tan desconsiderada de no compartirlo teniendo en cuenta todo lo que hemos sufrido para llegar hasta esa escalera que parecía antesala del Juicio Final.

¿Quizá exagero? Nooo.

Cuando se terminó el bis a bis General me fui para casa, me metí en la cama, empecé un libro, cuatro horas después lo terminé y por fin pude desenchufarme en paz. Últimamente me está costando un poco. ¿Insomnio? No, no es insomnio. Es una casa que estoy a un pelo de perder, un abrazo que me salta encima cuando me meto en mi cama de 2x2 y soy sólo una. Sobre todo eso. A veces se me ocurren otras cosas con las que distraer el sueño o directamente voy y me leo el libro de Paulo Coelho que ha caído en mis manos accidentalmente (¿existirán los accidentes? ¿Será el misterio? ¿Serán las casualidades? Uuuh, ¿Qué es la vida? Un frenesí. ¿Qué es la vida? Una ilusión,una sombra, una ficción, y el mayor bien es pequeño…ya saben el final) me hago el harakiri a gustito y pienso en las ganas que tengo de que empiece el día siguiente y en la serie de emociones estupendas que me aguardan. Y no es ironía. Las santas no mentimos, es que somos capaces de procesar los más diversos sentimientos al unísono. Es por eso que nos alaban y nos rechazan con la misma intensidad. Como a la selección española, igualito. Vergüenza os tendría que dar.
Y a mí también, que no he contado nada, absolutamente nada, de lo que quería y estoy aquí haciendo tiempo para distraer la llamada de la cama mientras llegan el par de costaleras de mi hermandad a sacarme en procesión.

Apelo a la bondad de vuestros inmensos corazones para que sigáis queriendo a Esaque. Y no me comentéis esta entrada, no me lo merezco. Podéis ir en paz. Las chicas ya están aquí.

martes, 17 de junio de 2008

Es que de verdad

Me cito a mí misma (que es algo que me gusta mucho y en pocos escenarios me permito) hace escasos cuatro posts, cuando decía que España me parece el plagio artificial de Latinoamérica, el donuts sin azúcar, la lágrima del clown, lo que la naturaleza a las tetas de Ana Obregón.

Pensé que tendría que explayarme pero ante insuperable evidencia, mejor me pongo a trabajar.

España, te quiero. Por eso vivo en Buenos Aires.

lunes, 16 de junio de 2008

Metámosle gas

El chico de mis entretelas se presentó el viernes al teórico de conducir y le salió bien. Si me entretengo un poco y él le mete gas, puede que en el momento del reencuentro, amorcito me reciba a aúpa y partamos en un buga blanco conducido por él. La verdad es que no me imagino la escena, no sé, a mí eso de la conducción y la informática siempre me ha parecido muy viril pero, lo primero, me gusta hacerlo a mí, y hasta el día de hoy he encontrado en él un copiloto excepcional. Me pone música molona, va to relajao, me dice que qué bien adelanto, me aplaude cuando aparco en tres movimientos y cuando llevo el bronceado camionero del brazo izquierdo, me suministra comida y bebida, me acaricia el cuello, se ríe con mis macarradas y no se duerme nunca. La verdad, yo no sé si seré capaz de mantener el nivel.

El primer carnet de conducir que tuve, a los 16, me costó 3000 pesetas en pesos mexicanos y, muchos años después, en 2004, tuve que pagar 7 clases prácticas en la ilustre ciudad de Oviedo para que me enseñasen a llevar un coche como las personas civilizadas. Ni se te ocurra tocar el claxon, no conduzcas con la mano sobre la palanca de cambio, reduce la velocidad, el de la derecha tiene preferencia en esta intersección, deja que cruce el peatón…Fue breve pero intenso, el profesor de la autoescuela estaba loco por perderme de vista y, cuando al fin lo logró, nos dimos un accidentado pico para celebrar mi aprobado. Espero de todo corazón que me haya olvidado.

Excepto por los millones que hacen falta, soy target BMW total. Qué bien lo hicieron con esa publicidad oye. A mí me gusta conducir, pero no sé qué me gustaría más, si tener un BMW o haber sido el que pensó la idea. Nah, qué narices en verdad tener un BMW es mucho mejor. Pero esto, hace un año queridos amigos de Esaque, ni siquiera me lo hubiera planteado una fracción de segundo.

Hablo tanto de Psicología que quizá tenga que recordar, o aclarar, que lo que me da de comer es la Publicidad. Soy redactora , o copy, como a ustedes les suene mejor. A veces escribo esas cartitas que firma su banco o las invitaciones para visitar la peletería que acabamos de inaugurar en Nueva York. Otras veces, pienso en regalitos que meter en cajas y con qué excusa voy a hacer un link entre el objeto y el mensaje que nos dice el cliente (entiéndase, la marca) que quiere comunicar. A esto se le llama, en plan guay, conceptualizar. Yo estudié Periodismo y aterricé en la Publicidad, desorientada, después de que los del El País me diesen la patada. En verdad no los culpo, yo también lo hubiera hecho, pero algún día me la pagarán. Ellos no eran culpables de mi desorientación y falta de convicción como tampoco lo era la Publicidad. Aún así, me habría ahorrado mucho tiempo si alguien me hubiese explicado antes que “conceptualizar” no era más que esto.

Una de las mejores lecciones que recibí desde que empecé a trabajar, me la dio mi primera senior-en-serio (antes tuve otro durante un par de meses, pero ese, pobre, no puede ni contar). Mi primera-senior-en-serio es una tía genial y divertida que me echó la mano en un momento difícil y ni siquiera sé si ella era consciente entonces. Pero esperen que freno y vuelvo a lo que iba que era a la lección. La senior lo que me dijo fue que escribir un folleto era como escribir un cuento. Es más, ni siquiera lo dijo dándome una explicación. Sencillamente recuerdo que soltó la frase al vuelo y a mí se me despejó la cabeza. Desde entonces, me encanta ser mujer y escribir folletos, o folletear, como a ustedes les suene mejor.

jueves, 12 de junio de 2008

Yes we can

Empiezo a secarme el pelo esta mañana alrededor de las 5:30, afuera es de noche y es invierno. Suena el teléfono. ¿A estas horas? Me precipito desbocada escaleras abajo, cuando llego al fijo ya ha saltado el contestador. Me da tiempo a que la sangre entre en ebullición pero antes de que se apodere de mí el fatalismo más total suena el móvil. Como era de esperar a estas horas es un número desconocido. Los de España lo son. Puede ser algo súper súper bueno o súper súper malo. Es mamá y lo que tiene para contarme es mega bueno.

Mamá mía: ¡Amooor! ¡que hemos encontrado tu título!
Esaque: ¿El-el-el el original?
Mamá mía: Sí sí, claro, el original.
Esaque (deduciendo que el resto del mundo está tan alerdado como ella): ¡¿Segura?! ¡¿Pero segura mamá?!
Mamá mía: ¿Que si estoy segura? Pregúntaselo a Bego que hemos estado toda la mañana poniendo la casa patas para arriba, armarios, estanterías y cajones incluidos. Vamos guapa, como Bego renuncie ya me estás buscando sustituta. Cada vez que le digo que hay que buscar un papel tuyo le entran los siete males. De verdad, sí ríete, se pone de todos los colores.
Esaque: Ay mamá ¡qué emoción! Ya pensaba yo ayer que tanto esfuerzo no podía caer en saco roto y que de algún lugar tendría que surgir una solución porque en la vida las cosas cuando se hacen blaaaablaaaablaaaa…Y entonces me puse con el discurso chustimístico y salí al balcón para que el viento helado mañanero me ondease la melenísima recién secada y para despertarme y para terminar de creérmelo y para ver si, con suerte, algún vecino compartía conmigo la buena nueva y le ponía ojos a la escena.

Seguí tan emocionada el resto de la mañana que hasta lo conté al aire (momento cumbre de oyentes, cómo no) y fue lo primero que le espeté al psicólogo cuando llegué a la consulta. La cosa empezó bien pero terminó derivando en no sé qué leches sobre mis duelos y mis viajes y mi padre y no sé qué paridas más que me dejaron exhausta y entonces decidí que me daba el alta. Era la segunda consulta y no más Santo Tomás, soy la terapia más breve de la historia del psicoanálisis. Oye, qué eficacia, ahora estoy más motivada que nunca para darle duro a Bases Biológicas y Neurológicas del Comportamiento Humano. ¡Nunca pensé que hacer un examen me pudiese producir este nivel de emoción!

A la vuelta del psicólogo, rumbo a la agencia, llevaba el iPod en opción aleatoria y apareció esta canción. Me acordé de que en algún lugar leí -ahora que tengo tantas fuentes sobre espectáculos-, que en la fiesta post-ceremonia de los Oscar Bardem la bailó con su estatuilla en la mano. Y claro que sí hombre, di que sí, tú tan satisfecho con tu premio, yo tan feliz con mi título. No veas cómo te entiendo, Javier. A mí también me entraron ganas de ponerme a bailar desafiando a las mismísimas leyes de Murphy que rigen este mundo.

miércoles, 11 de junio de 2008

Estoy hecha de polvo

Solía tener una amiga cuyo enamorado inglés aprendía español para impresionarla y nos hacía reír mucho con traducciones literales al castellano como la que encabeza este post. Estoy hecho de polvo Julia, estoy hecho de polvo. Han pasado unos cuantos años desde entonces y el enamorado hoy es novio e incluso domina el catalán. Creo que podría decir que la sigo teniendo por amiga, lo que pasa es que ha pasado mucho tiempo y mucho silencio y muchas cosas en nuestras vidas que hacen que poco tengan que ver la una con la de la otra, aunque nada que no se pueda recuperar con un par de horitas de llamada de larga distancia (a cobro revertido).
Es lo que pasa con la gente que quieres de verdad. Iba a decir con la gente que quieres y con la que tienes confianza, pero es que esto en mi caso es indisoluble. Ya puedes creerte que tu vida entera ha dado un giro de 180 grados, cambiar de sexo, hacerte explorador, dar la vuelta al mundo, ser merecedor de la Iberia Platinum, que al final es como si ayer te hubieses despedido en la esquina de casa y a la mañana siguiente os encontraseis en el mismo lugar para hacer las cosas de siempre.
Me acuerdo de ella y lo cuento aquí porque hoy estoy hecha de polvo y pretendía introducirlo al menos con una pizca de gracia ya que en verdad lo que me pasa no me hace puta gracia. Lectores y lectoras, soy un proyecto de psicóloga y no sé si llegaré a algo más. No pasa nada extraño, es sólo que en este día todo apunta a que será muy muy muy difícil -por no ponernos fatalistas y decir que imposible- tener conmigo mi título ORIGINAL del colegio. ¿Que por qué no lo hemos hecho antes? Más allá de asumir las malas artes que manejo con este mal que son para mí los papeles, resulta que nos hemos entretenido un rato largo creyendo que con la fotocopia oficial compulsada valía. Pero no, nos hemos ido a estrellar con el consulado argentino en Madrid que esta misma mañana nos ha hecho saber que nanai, que la apostilla sólo se pone en los originales. ¿Y el título original? ¿Pues dónde creen ustedes que está? ¡Por favor!, han pasado casi 10 años desde que terminé COU, de casualidad sé donde tengo el pasaporte, voy a saber donde está ese condenado papelucho que encabeza mis pesadillas.
¿Y ahora? ¿Qué, qué hago, qué pasa? He llamado a la Universidad para explicarles mi caso, de verdad que quería explicarlo pero mientras avanzaba la conversación y mis peores suposiciones se hacían reales, me he quedado con un hilo de voz con el que apenas pude despedirme educadamente, porque bien es verdad que la señorita que me estaba atendiendo era muy dulce y se notaba que le estaba resultando una tortura tener que decirme que no podré presentarme a los finales ahora y que tendré que esperar hasta la convocatoria de noviembre, cuando ya tenga el papel en mis manos.
Noviembre, ¿dónde queda noviembre? Por favor, eso me suena al 2011, cuando mi padre vuelva de reedificar chilangolandia y yo haya sido ascendida, con mucha suerte, a responsable de la sección embutidos del Alimerka.
Qué sé yo. ¿Alguien me quiere regalar un ministerio? Miren que yo tengo mucha experiencia en diversos know hows y ya me gustaría que esto tuviese una arreglo civilizado, como en México, 400 ó 500 pesos y este post no existiría.
No sé cómo explicarlo, pienso en el tiempo invertido y en el esfuerzo y ahora creo que me siento como un mercado mayorista sin pescado fresco.

Qué sé sho

Estoy que me muero de los nervios porque pasen cosas, ¿no? Lo de las incógnitas despejadas y tal, eso ya lo había dicho aquí, ¿verdad? Siento si me repito pero creo que tengo que darle a este espacio un hilo conductor más estilo capítulos, así que digo yo que si Yo soy Bea triunfa entre ustedes de esta manera que tan poco fundamento requiere, imagino que en más de 400 capítulos habrá habido de todo y ese todo muchas veces. Una estructura de trama, una al menos, que se haya repetido hasta la saciedad. No sé, por ejemplo, “pobre, de verdad, hay que ver qué papelones hace la Bea, o “cachis, qué lástima, si no es que sea tonta es que es sssuperbuena”, o “¡pero qué fea es coño!”…y no se engañen, lo sigue siendo. Yo se los digo desde afuera, con toda la perspectiva que me dan estos 12000 kilómetros de nada y mi amplia experiencia vital en culebrones, como deben de ser, mexicanos o en un segundo escalón, también aceptable, venezolanos.

Últimamente España me parece el plagio cutre de Latinoamérica (para más información al respecto espere o atienda a próximos posts). No, venga Esaque, no seas tan simple, no quiero decir cutre, quiero decir y digo, artificial. Eso. Para que entiendan que lo pienso de verdad. ¿Huelgas? Pss, venga anda, ¿os mando a Cristinita a toquetearos los micrófonos? ¿Crisis? ¿Qué crisis? ¿Dónde está la crisis? Pero, ¿el banco os sigue dando hipotecas y créditos y préstamos sin un interés del 100%? Y si quieres sacar tu dinero, ¿puedes? Lo peor de todo es que no estoy diciendo que no la haya, o que no vaya a haberla. Quédense tranquilos hijos de la eterna posguerra, yo estoy convencida de que así será. Me lo dice mi instinto (básico) y, por si esto fuera poco, también mi padre. Pasen, oigan, escuchen, esta mañana, a las 8:30 sonó el teléfono para esto:

Mío Padre: ¿Ya tienes decidido cuándo vienes?

Esaque: No sé supongo que a finales de julio, principios de agosto. ¿ Por? ¿Alguna preferencia?

Mío Padre: No no, lo que tú decidas, es tu vida. Por si hace falta aclararlo, no sean ingenuos, el mensaje va con segundas. Es un padre.

Esaque: Pues sí, qué se yo, últimamente no soy capaz de tomar decisiones a más de una semana vista.

Mío Padre: Ya si bueno, pero habrá que ir tomándolas, ¿no? ¿O qué, le vas a decir a tu jefe una semana antes que te vuelves para España? ¿O qué, vas a venir de vacaciones y luego regresas a Argentina? ¿O QUÉ?, ¿¿¿QUÉ VAS A HACER???

Esaque: A ver no, tú sabes que aún no estoy en condiciones de tomar LA decisión, por eso no le he dicho nada a mis jefes. En cuanto la tenga tomada, si es irme para allá, por supuesto que no tardaré un minuto más en comunicarlo. Pero, ¿qué quieres papá, que los maree?

Mío Padre: No no tú verás, pero bueno. Aquí hay crisis eh, tenlo en cuenta.

Esaque: Lo hago papá. Y qué te crees, ¿que aquí no?

Mío Padre: Pues allí tienes curro, y si aquí no encuentras, ¿qué?

Esaque: Bueno, pues trabajaré de lo que haga falta.

Mío Padre: ¿Cómo qué?

Esaque: Pues yo qué sé papá, en el Corte Inglés, en el Alimerka de cajera.

Mío Padre: Pues tampoco te creas que va a ser tan fácil conseguirlo.

Esaque: Eres la hostia papá, tantos años de decirme que qué lista que soy, que qué capaz y blablabla y ahora me vienes con éstas. Gracias por los ánimos papá. Ni que fuera un capricho mío.

Mío Padre: No bueno, vamos, yo es que de hecho te llamaba para decirte que me voy a México. Que emigro.

Esaque: ¡¿CÓMO?! ¡¿Qué?! ¿Otra vez? Pero, pero no me habías comentado nada.

Mío Padre: Ya, sí, bueno es que como últimamente no hablamos tanto…como cada uno toma sus decisiones sin consultar al otro. Sí sí que sí, que las cosas en mi sector están congeladas y yo no vuelvo hasta el 2011 porque además se van a poner peor.

Esaque: Jajajaja, papá tú sí que sabes dar los buenos días cuando quieres. Ya veo. Pues nada papá, no sé a quién habré salido. Y qué quieres que te diga, haré lo que quiera y procuraré que coincida con lo que pueda. No te sé decir nada más. Y no te preocupes, que sí, que sí, que todo con estilo.

Mío Padre: Pues sí, oye que yo te deseo suerte. Lo que decidas estará bien decidido.

Esaque: Gracias papá, por como me lo pintas está clarísimo que la necesitaré. Entonces ya nos cruzaremos en Barajas cuando yo llegue y tú partas, ¿no?

Mío Padre: Jajaja, no hombre no.

Esaque: Oye papá ¿Y si no me dejan trabajar en España…me darás cobijo y tequila para mis penas? ¿O es que ya sólo estoy condenada al puente? En fin, ¿ya tienes decidido cuándo te vas?

Mío Padre: No tengo fecha exacta, no. Por?

Esaque: No nada, porque igual yo sí que tengo alguna preferencia.

lunes, 9 de junio de 2008

Mi vida empapelada (una historia de puritita verdad)

El otro día fui a la comisaría porque había perdido el pasaporte. Lo había perdido y no lo había encontrado durante la última mudanza, ergo: lo he perdido para siempre.

Una sin pasaporte en esta ciudad se siente muy vulnerable. Si un día tengo que salir volando no voy a poder. Sobrados como van de kilómetros por estas latitudes, ni a galope, ni mucho menos a dos patas, llegaré a algún destino. Y sin la ilusión del “querer es poder” yo no puedo vivir. O no quiero.

Tampoco se puede vivir, al parecer, sin un fuelle para archivar la vida entera de la A a la Z. Fue esta una de las últimas lecciones magistrales que me dio Eseque en carne y hueso antes de partir, y qué razón tiene este macho, últimamente me va la vida en los papeles y me arrecian las ganas de dejar caer el brazo cuando me echan el pulso los bancos, los escribanos, los de la universidad, la inmobiliaria, el consulado, la agencia o mi madre o mi padre, juntos o por separado, hablándome de papeles. Ay Eseque, dónde estás, allá tan lejos, y yo aquí, tan pequeña y desorientada en esta gran ciudad de tangos interminables.

Y aunque me tienen hasta el mismísimo pito del sereno, esta semana, en la Comisaría de Policía número 32 del distrito de Palermo de esta Capital Federal, hubo un papel que, por fin, me hizo reír. Decía tal que así:

CERTIFICADO DE DENUNCIA DE EXTRAVÍO DE: Esaque

En Buenos Aires, Capital Federal de la Nación Argentina, hoy miércoles 05 de Junio de 2008, siendo la hora 23.20, comparece ante la instrucción una persona que expresó llamarse: PAOLA MUESTRA MUESTRA, PRESTA JURAMENTO LEGAL, DE NACIONALIDAD ESPAÑOLA, DE 26 AÑOS, SOLTERA, CON DOMICILIO CALLE CONCEPCIÓN ARENAL 0000 quien denuncia el extravío de UN (1) PASAPORTE NÚMERO 000000, EXPEDIDO POR LA REPÚBLICA ESPAÑOLA A SU NOMBRE.

El policía me pregunta si los datos son correctos y yo le respondo, confusa, que los míos sí.

Siglos de historia, años de facultad, discusiones de horas y días y sobre todo de noches, aulas de literatura, conferencias políticas, pancartas, sueños adolescentes, debates de botellón, hollinganismo en vena, razones para maldecir, o para defender, o para no estudiar, qué más da, todas y cada una de ellas solapadas por 9 letras. ¡Qué ridiculez!

Ante la oscura nebulosa de que la gracieta me saliese cara y los papeles se multiplicasen así como las idas y venidas a comisaría, afloró la más aguafiestas de mis versiones.

Esaque: ¿Pero no ve usted que esto podría generar un conflicto internacional?

Policía (se enciende un cigarro): ¿eh?

Esaque: España, muy señor mío, no es una República.

Policía (no da crédito): ¿Ah no? ¿Y entonces, qué es?

Esaque: España un rei, es un re…España es España, ponga España.

Y así lo hicimos. Llegamos a este acuerdo y tan felices y satisfechos nos fumamos el cigarro de la paz. Cada uno el suyo.

Esaque: ¿Nos queda mucho?

Policía: No, para nada, corrijo y pongo el sello, vos pagás 10 pesos y listo.

Esaque (tentada por una ocasión tal vez irrepetible): ¿Me da tiempo a fumarme un cigarro?

Policía: Sí, obvio. Y no contento con su generosidad, además saca el mechero.

Esaque: Y en verdad no tengo ganas de fumar, es que esto tengo que contarlo.

Policía: Bueno, yo te dejo que lo fumés pero de contarlo nada que me pueden arman quilombo.

Esaque (no da crédito): Y a mis amigos de la República, ¿tampoco puedo?


El pasaporte finalmente lo encontré. ¿Que dónde estaba? Tanto buscar el pasaporte y estaba entre unos papeles; y otros, tanto buscar la República cuando resulta que está allí donde yo buscaba el pasaporte.

La vida, en ocasiones, es así de ilógica y de justa, y las cosas al final, pues va a ser que están donde más te las esperas.

Buzzear (ES)