viernes, 7 de diciembre de 2007

Doble o nada

Me pesan los años. Gran mierda, y desde luego no es por vieja. Vale, olvidemos el post anterior por ahora, que no venga ningún listo a decirme que estoy tonta o que es producto de ese galán indeseable conocido como trastorno ciclotímico que le come la oreja con especial interés a las damitas hasta llevarlas a la cama durantes días y noches. Eso ya lo sé. No conozco ese estado de continuo pero sí he saboreado el miedo que te atraviesa cuando dudas de si a la mañana siguiente, cuando abras los ojos te dará el cuerpo para poner el alma en pie un día más y a en punto. Después resiste el momento ducha y si sobrevives al metro sin la necesidad de esconder la mirada tras el periódico considérate del otro lado.

Casi podría apostar a que en estas jugadas sin gracia ha tenido por costumbre salvarme la cabezonería, el orgullo, el tira palante, el doble o nada. Seguro que sí, la diferencia es que ahora pongo en duda que realmente sirvan para salvarme y no para todo lo contrario. Me apetece dramatizar, como cuando eres niña y te pillas el berrinche y luego te vas y lo dejas durmiendo sobre el colchón y lo olvidas para siempre como un juguete que ha dejado de tener sentido. No lo miras más. Los adultos a eso lo llaman soltar lastre, ¿no? Si es así también me sirve.

Creo que la cabezonería me ha servido para aprender a ser olla express, pero sé que prefiero ser otras cosas antes. No voy a decir que estoy contenta pero escribo aliviada tras unos minutos de ejercicio infantil sobre la cama. Hacía demasiado que no lo hacía. Creo que Eseque está más cabreado que preocupado en estos momentos aunque no lo tengo muy claro. Después de teclear con fuerza un poco más a modo de almohadazo sobre el somier me dirigiré al salón aún más aliviada para preguntárselo y para hablar como adultos que somos (yo, a ratos). Y digo esto aún cuando coincido con CB en que la comunicación está sobrevalorada. Otro día charlamos sobre la hipercomunicación y el mal que nos hace.

Por la tarde tenía pensado empezar a escribir este post y titularlo El año de las flores o Mi mejor regalo. Al final a la hora de la siesta me invadió el virus del 6-de-diciembre-no-festivo que añadió yunques a mi condición de depresiva post-vacacional, a mi resaca de tequila y al dilema que puntualmente me lleva a mirar atrás y hacia delante y sentir que alguien coloca hierro sobre los tobillos de mi último lustro. Sí sí, soy yo, vale vale. Recordad que aunque no haya hecho uso todavía, la llave de la censura sigue estando en mi poder.

Ahora pienso en mi regalo favorito y en qué hacer con él. Su intención es ser el principio de algo y todo en él, hasta el blanco, está lleno de motivos. Espero tener la capacidad necesaria (o el valor) para darle forma y llenarlo de fundamentos. Me ha encantado, me encanta, es sólo que me abruma y me da vértigo. Con lo fácil que es hablar del salto cuando no te suben a la montaña.

Llaman a la puerta, es Eseque.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

jajajaja, ay mi niña como eres!!...supongo que habrás oido eso de que a los muertos hay que llorarlos, no??...pues yo me atrevo a aventurar que a los años también, en plan pataleta...y especialmente a partir de los 25...Te mando desde aqui 26 besos enorrrmes para aliviarte.

Unknown dijo...

Es el fenómenos de regresión a la media el que hace que a un estado hipomaníaco le siga su opuesto, y así se mantiene el equilibrio del mundo.

Esaque dijo...

Supongo que mejor habría hecho titulando este post "Doble y nada". Qué suerte tengo y qué útiles sois, una amiga médico y otra psicóloga. Gracias. Que paseis un buen fin de semana, yo os seguiré contando cómo fluctúa este sentimiento.

Anónimo dijo...

Pues si q debe de estar sobrevalorada la comunicacion... xq no me he enterado de nada! aunq bueno, no tiene nada de particular teniendo en cuenta q ayer me di cuenta q llevaba una semana ech'andome crema del cuerpo en el pelo, en vez de acondicionador... estos monzones van a acabar conmigo! sea lo q sea ... EN PEORES PLAZAS HABREMOS TOREADO! 1 beso guapa.

CurroClint dijo...

Perfecto ejercicio el de pagarlo a almohadazos con el somier, que aunque no tiene culpa de nada, ciertamente le da igual que lo almohadices... Nada, berrinchillos momentáneos, Esequé se encargará de calmarlos, digo yo...
Besos

Anónimo dijo...

Dices bien chaval.

Diego dijo...

En primer lugar, felicidades...

Te diré que a mí también me pesan los años, y más me pesa que me pesen, porque sé que no tengo tantos como para ello. Pero un peso no alivia otro peso, sino todo lo contrario, con lo que llevo la espalda cada vez más encorvada y el carácter más agrio y eso me pesa por sí mismo y por los años de más que me hace aparentar. Círculo vicioso del que no sé salir.

Espero que te hayan regalado muchas cosas y que nos regales muchas más aquí y en tu regalo favorito. Un beso...

Buzzear (ES)