jueves, 13 de diciembre de 2007

Una flecha al corazón

El superpoder con el que llevo al menos una década soñando no tiene nombre. Consiste en ver flechas que apunten a las cabezas de las personas que me gustaría conocer o, en las tiendas, a la ropa que me sentaría estupendamente sin tener que perder el tiempo en el agotador proceso de la búsqueda y la prueba y en el decepcionante error. Lo mismo para los libros, las películas y los discos.

¿Te imaginas? Entrar en un bar cualquiera y encontrar varias flechas sobre las cabezas de personas que podrían convertirse en tus amigos del alma o en tus mayores cómplices si algún día llegases a conocerlos. Quizá podríamos dar un salto en la evolución de este superpoder y crear flechas de colores: las amarillas para los que te deslumbrarían, las rojas para los que te enamorarían, las negras para los que te arrebatarían el corazón, las verdes para los que te complementen, las naranjas para los que te vestirían la cara con una sonrisa cada vez que os vieseis o siempre te propondrían ese plan que te encanta y que no has llevado a cabo porque no se te había ocurrido antes. Por supuesto las flechas serían elitistas y aparecerían sólo en casos realmente especiales, de esos en los que uno y uno suman tres.

El gen dominante que transporta la pesada carga de mi impaciencia innata tiene mucho que ver con este anhelo. Sobrevaloro el tiempo y es un mal del que me gustaría “quitarme”. También sobrevaloro la amistad, el arte y cualquier cosa que ayude a sentirse bien con uno mismo, sólo que eso prefiero asumirlo con sus adversidades antes que dejarlo ir.

Por otra parte tengo una alta intolerancia hacia el fracaso y hacia la aceptación de lo que pudo ser y no fue. Para ser este el gran problema que es en los tiempos que corren, aún no me ha pasado tan alta factura como cabría esperar. Creo. Lo que hago es compensarlo con mi capacidad para emocionarme cuando la realidad me sorprende con regalos en forma de discos, de libros, de películas, de momentos o de personas que lanzan flechas en la diana de lo que me vuelve un nudo la garganta o la mirada un cuenco de luz.

Entonces me relajo y tengo en cuenta que no existen los superpoderes, y hasta me parece bien que sea así porque me permite sentir, en una medida más justa, el poder real que tienen aquellos capaces de regalarte cachitos de espacio que valen más que un pedazo de Luna o hacer de un café de domingo una caricatura del alma, como si tu esencia estuviese repleta de flechas para sus ojos.

De todos los regalos posibles, las personas son mis favoritos. Gracias.

Esa que esta noche caza “Dos pájaros de un tiro”.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Tus flechas señalan lugares muy importantes, si es la amistad, por ejemplo, uno de esos espacios para apuntar y cuidar y no querer perder.
Creo que para conceptualizar hay que tener ganas y sobretodo debe haber mucho material fresco y rico en historias y anécdotas para que eso que se resume tenga efecto.
No creas que no costó. Pero ahí está el desafío. Saber qué tomar de todo ese mucho que tenés acumulado en tu vida...que sí..es MUCHO!
Por el comienzo de muchas más dibujos!

e2 dijo...

Insisto, la curiosidad me mata...
,,ke color de flecha soy yo??????
SOY EL ARCOIRIS ..pero no soy GAY

e2

lineasdesordenadas dijo...

Pero esas flechas quitarían parte de la chispa de la vida...

Unknown dijo...

¿Detecto en tu teoría una cierta influencia de la corriente pragmática de moda? Por lo de ahorrar tiempo y evitar decepciones...

Desde luego eso sería estupendo para detectar a los que acaban siendo "amigos por imposición" y huir a tiempo.

Otras veces una feliz casualidad (como el último asiento vacío de un autobús de colegio), permite el flechazo directo, y no hacen falta más historias. ;-)

¿Que le quitaría gracia al asunto? Puede ser, pero ya tenemos nosotras gracia de sobra.
¡Olé, salerosa!

Esaque dijo...

Pocha, tus dibujos señalan flechas al corazón. Yo sin embargo creo que para conceptualizar así lo que hace falta ante todo es ingenio y talento. Estoy segura de que costó, pero visto el resultado, queda claro que es un desafío superado con creces. De nuevo MUCHAS gracias y amén.

E2, ya hemos dicho que los superpoderes no existen y mejor que así sea. Lo demás sólo sería romper el encanto.

Líneasdesordenadas, encantada de tenerte por aquí. Dices bien, esas flechas hablarían de otra vida.

¡Carmen resalá! No me lleva ni medio segundo cambiar todas las flechas por una tan feliz casualidad como fue conocerte. ¡Viva por siempre y para siempre el 10 de septiembre de 1998!

Anónimo dijo...

jajajaja, que desarrollo más exhaustivo de un super poder imaginado!!....Pero no deja de sorprenderme viniendo de tí...precisamente porque esa sobrevaloración y exaltación de las cosas buenas que de repente llegan y desbordan...es de las cosas que más te caracteriza....jajajaja. Seguro que mejor así.

Muuackks

Anónimo dijo...

Sólo te escribo para felicitarte las fiestas...que aunque estés lejos, te tenemos presente. Y bueno, a ver si en este año que entra empezamos a tener flechitas todos sobre la cabeza. Un beso fuerte!!

Buzzear (ES)