martes, 6 de noviembre de 2007

El Barón Munchausen

Hoy recurro a un clásico de primera fila de los blogs y los bloggers: los recuerdos de la infancia. Empezaré por aclarar que yo también tuve una, y que (me) da para mucho. Os vais a enterar.

Normalmente la recuerdo como algo grato, sin grandes traumas ni paranoias, a pesar de las bombas, la vertiente tailandesa de mi educación temprana y de mis variopintos y plurilingües (cada uno hablaba lo que podía) pequeños compañeros del jardín de infancia del Hispanoárabe. Todos estos datos, por supuesto, no tienen ninguna utilidad para el tema que pretendo abordar en este post, es sólo que considero, pueden sumar enteros en mi aspirada condición de ciberdiva que, según me cuentan, es lo que vende ahora.


Descubrí Las aventuras del Barón Munchausen en la mejor compañía que se puede tener hasta los 10 años: los primos. Los míos, dos buenos mozos de mi generación paridos, criados y bien crecidos en la cuenca minera, compartían sus veranos con los nuestros. Otro clásico de bandera, en esta ocasión de las familias. Todos juntos a Mallorca. Veranos a lo gitanurcio en el Ford Fiesta segunda mano (10 años antes ya era segunda mano) con el calor, la abuela, la nevera, los tíos, los padres, las palas, la hermana, los primos, los cómics, la merienda, la sombrilla, la muda, y luego la ducha, la crema, el helado italiano de abajo, la cena y la peli. A ver, menos lo de la ducha, la arena en el coche to’s apretaos y la crema, todo el plan era un sueño. Los días que tocaba parque acuático ya ni os cuento.

Sin embargo en la noche, ya entonces, percibía la Esaque sin dientes un valor añadido. Era la hora en la que nosotros, y sólo nosotros, mandábamos en la casa. Los padres en la cena de turno, la hermana en la cuna y la abuela en la cama de la mano de La hora bruja, hacían posible el monopolio de los primos mayores.

Para esa hora el episodio del cotidiano conflicto en el videoclub había pasado página, y las 3 vertientes que pujaban por ser la elegida, guerra, comedia y amor, habían quedado saldadas. Normalmente vencíamos primo2 y yo, que uníamos nuestras fuerzas entorno a la comedia o la aventura para aplacar las bombas con las que primo1 prometía amargarnos las horas de dominio infante. Claro, es que él fue el primero en empezar a ser púber y a burlarse de nuestros juegos y nuestros gustos.

Me vienen a la cabeza tres títulos en los que la unanimidad no solía fallar en esos momentos delicados de imprudencia absoluta ante las explosivas muestras anímicas: Golpe en la pequeña China, La princesa prometida y Las aventuras del Barón Munchausen.

Lo preocupante no es nada de eso. Lo que de verdad me tiene trastornada es la indiferencia con la que el tiempo ha ido borrando el recuerdo de Munchausen de las memorias colectivas. ¡¿Quién es el culpable?!: ¿TVE?, ¿las críticas?, ¿Los Goonies?, ¿Lost in la Mancha? ¡Santo Dios, que alguien me lo explique!

De verdad, me voy a poner seria. Si en algo ha sido generosa -y maldita- la naturaleza conmigo es con la memoria. Si hay algo que tiene la capacidad de sorprenderme, es encontrarme con alguien capaz de recordar una anécdota que yo haya olvidado. No me suele pasar, y no siempre creo que sea una virtud. No os preocupéis, mi instinto de supervivencia me ha hecho aprender a vivir con ello.

Y este es el comienzo del párrafo en el que por fin llegamos al presente. El presente que antes de ayer me trajo el pasado a través de la televisión por cable. Está claro que la televisión es al pasado lo que Internet al futuro. Y ahí estaba el barón, haciéndose joven y viejo según su estado de ánimo, con Sarah Polley, con Uma Thurman, con Robin Williams y con sus amigos, la panda de frikis añejos y heroicos que soplaban, corrían, apuntaban y dejaban en bragas al Sultán.

He aprovechado los ratos que he podido para buscar una pomada de acción rápida que dé sosiego a esta duda que tanto me perturba, a esta sensación de estar en un mundo injusto en el que los adultos se olvidan del barón y elevan a la categoría de obra maestra el tostonazo de El baile de los vampiros. En esta búsqueda, chorradas he leído unas cuantas, hasta que no he aguantado más.

Si has llegado hasta aquí, toca tragarse mi parecer: No me importa cuánto costó hacer esta película, no me interesa en lo más mínimo si recaudó 4 ó 40 millones en taquilla o si es una obra menor, mediana o mayor de Terry Gilliam. Si algún trabajador de la televisión con posibles lee esto algún día, o si tenéis algún amigo que pueda mover los hilos, hacedle saber que yo tenía 6 ó 7 años la primera vez que el barón me contó su historia, y que en las escenas imborrables que han resistido al tiempo de silencio e indiferencia (mezcladas, por cierto, con el archivo de Cyrano de Bergerac y sin tener ya muy claro si habían sido sólo un sueño), los bordes del televisor no existían.

No voy a decir más porque noto que me está invadiendo esa apatía que uno siente cuando tiene la impresión de estar exponiendo algo que es evidente. Aunque la realidad te estampe en la cara que Munchausen se asocia antes a un síndrome que al personaje que le presta su nombre. Lo dicho, una injusticia mogollón de fuerte.

Vosotros, ¿qué pensáis? Expresad vuestros pareceres, total, si no me gustan los censuro y listo.

Esa que se frustra con estas cosas.

16 comentarios:

Unknown dijo...

El tiempo pone a cada uno en su lugar y la memoria colectiva tiene esa habilidad. De vez en cuando alguien se rebela y es entonces cuando surgen las "Asociaciones de Amigos de ___" (lo que toque, con leer Amigos de ya te inspiran ternura). ¿Va a salir de aquí la "Asociación de Amigos de El Barón de Munchausen"? .......

En este caso la memoria colectiva estuvo más que acertada y por eso nadie piensa demasiado en esa película, aunque en la TCM sigan insistiendo de vez en cuando.
No sé cuándo la vi por primera vez, pero sí que no he sido capaz de volver a hacerlo, ni cinco minutos seguidos. Muchas veces pesa más el recuerdo asociado a la película que la película en sí.

Asumo que es lo que te ha ocurrido.

A mí me pasa con El Baile de los Vampiros: haciendo el esfuerzo de separar peli y momento feliz de la infancia reconozco que no es una obra maestra, pero podría verla 10 veces seguidas y seguir riéndome, incluso en un momento dado podría decir que es mi película favorita. (No soy yo amiga de los favoritismos).

En fin, se ve que ya apuntabas maneras desde pequeña... ;-)

(Hoy ha costado más llegar al final del post, no sé si por la hora que es o el cartel del dichoso barón)

Esaque dijo...

Lo de la censura no iba en serio (como ejemplo léase a la listilla de Carmen). Ha sido mi ciberdislexia la que me ha hecho perder mi primer comentario en el vacío de la red, y Antúan, resulta que es usted el segundo afectado después de mí. Vuelva, por favor, ambos sabemos que no hay lugar en el mundo en el que, ni Paola ni Esaque, puedan encontrar mejor editor.

Gracias a todos por venir de visita, estáis en vuestro blog.

¿Alguien se anima con lo de la asociación?

Rosa dijo...

Hola!

Veo que tienes un blog genial desde Argentina! Me encanta leerlo. Espero que sigamos en contacto.

Un beso!
Rosa desde Bruselas ;-D

Anónimo dijo...

Yo sólo sé que si El Baile de los Vampiros, lo hacen Pajares y Esteso no habríamos notado la diferencia.

Pero como bien decían, en este país (o en aquel, sin duda: el mío) no hay nada que guste más que un buen funeral y está claro que el hecho de que una banda asesine a tu mujer vende mucho.

Ojo a mí el Terry Gillian además de un Monty Python sin gracia (y eso es difícil) me parece cargante, pero creo que a Big Fish ya le gustaría ser la mitad de mentiroso y bien cargado que el Barón.

Yo brindo por el Barón y lo apunto a la lista de pelis que verán en breve mis sobrinas, junto a Jasón y los Argonautas y estás joyitas que caerían en el olvido de no ser por las infancias bien vividas y los procesos de madurez divertidos.

Por cierto no es "Barón" el título nobiliario más molón que puede haber?

Anónimo dijo...

resulta dificil dejar por escrito lo q,a estas edades nos parece una imagen vergonzosa,pero que de pequeños forma parte de la vida cotidiana...y sq si!yo era ese pekeño moco que todo el dia tenia la boca rodeada de restos de nocilla.Y a eso sumale mi vestido de "hortera" y a mis primos y,(xq n?)un poco tb mi hermana,usandome de monito de feria.Pero no os culpo chicos,los bocatas de nocilla ya kedaron(casi)atras y ahora sois uno de mis principales puntos de apoyo.
si repitiesesmos esos veranos seguro q no habria problemas de videoclub sino de bar...xq ahi donde le veis el primo1,15 años despues,sigue en la edad del pavo,jajaja!!!
AFRONTEMOSLO,HEMOS CRECIDO!!!aunke en cierto modo he llegado a la conclusion de que los adultos solo se manifiestan en ciertas situaciones aisladas.Los reyes magos son los padres,los adultos...no exsiten.
Por lo demas,que no falte la nevera,ni los helados,ni los calzones...
Besos desde un otoñal madrid,que cn estos recuerdos se convierten en calidooosss!!!

Anónimo dijo...

Pichi…

Uyyyyyyyy¡ Empiezo a preocuparme...., si se supone que el baile de los vampiros era mi favorita cuando chico, y que ahora como más bocatas de nocilla que cuando era pequeño, por no hablar de los bolsones de chucherías ácidas, que no ácido, que me zampo, que a la tierna edad de 30 me hice surfero y que nunca vi las aventuras del barón…….¿Quiere decir esto que a medida que me hago mayor me hago mas joven?……..y si sigo contando…. que mi primera novia, la que prefería yo irme a jugar al balón antes que darle unos besillos, era muchíiiiiiiiisimo más mayor que yo y que ya no veo el Madrid porque prefiero darle besillos a mi chica……..¿Que me está pasando?

Me compraré el Barón y lo veré cuando tenga 80 años¡

Cuidate Linda¡¡¡

Por cierto me alegro que te guste el 1 de Noviembre, es mi cumple¡¡¡¡¡¡

Ha sido el mejor cumple de mi vida…..pero eso no lo cuento que es tu blog, pido perdón,¡¡¡¡

Cuando cumplas tú, estaré en Dublín¡¡¡ pero me acordaré¡¡¡Lo prometo¡¡¡

Anónimo dijo...

Pao;

Ya lei todo tu blog, me encanta tu manera tan original de escribir ..... te felicito que buena eres.

Te estoy esperando para irnos de fiesta a fines de noviembre eeeeeh

Un besote desde tierras aztecas.

Esaque dijo...

¿Pichi?, ¡identifícate anónimo!
Carmen: te costó más porque este es más largo y tú eres de ciencias. A mí también me costó más escribirlo, ya lo dice el Principito, es agotador para los niños tener que estar explicándooslo todo una y otra vez.
Antonio: he recuperado el comentario. Va a ser que la culpa no es de las nuevas tecnologías.
Eseque: tú sí que eres molón.

Unknown dijo...

Eseque siempre consigue desconcertarme con sus razonamientos. (Parece que me estoy poniendo en el pecho una diana que dice "tonta", pero os aseguro que la mayoría de las veces creo que no lo soy)
No sé si el trágico suceso de la señora de Polanski o las acusaciones de pedofilia le habrán ayudado a vender más o menos (en mi empanada habitual siempre me entero de las truculencias a toro pasado) (sí, más puntos para ganarme el gorro de tontaka), pero sí me parece que obligar a tus sobrinitas a ver el coñaaaazo del barón del munchausen no es la mejor manera de ganarse su amor. Me las imagino inventándose deberes que hacer y exámenes dificilísimos para mantenerse alejadas de la televisión. Tal vez el mejor uso de esta película sea combatir el fracaso escolar.

Anónimo dijo...

Muy buenas Pao¡¡
Nun sabia na de esti interés tan grande por les pelis que veiamos de crios. Me alegra ver que esa enana a la que me encantaba maltratar, sabía apreciar el buen cine (a pesar de aliarte con el primo2 a la hora de elegir las pelis). Las tres pelis que nombras ahí son una pasada, aunque echo de menos "La colina de la hamburguesa", "Memphis Belle", "Vietnam, vuelta al infierno" y largo etcétera...
A mi me gusta pensar que entre aquellos tres primos pequeños nos compenetrabamos bastante bien,y que (dentro de lo que cabe)pudimos ver una amplia selección de clásicos fundamentales para cualquier cinéfilo.

un besín del primo1 que te quiere

Anónimo dijo...

Carmen,

Me consta que no eres tonta, gracias por hablarme, pero el Baile es un truño. Eso sí a mis sobrinas les pienso imponer mis gustos que para eso son mías. Cuando tengas las tuyas les haces ver lo que quieras y ya veremos que sobrinas acaban graduándose con honores y cuales acaban asesinado actrices.

Anónimo dijo...

Munchausen sigue siendo una de mis pelis favoritas (la versión de Gilliam, of course), y por ende, nunca desaparecerá de mi memoria.

Aprovecho para mandarte un besazo, ¡wapa!

Unknown dijo...

Ese que,

me parece un trato justo, aunque no sé cómo de ético es experimentar con niños que ni siquiera son tuyos. Hablaré con mi hermana a ver si aceleramos el proceso.
Gracias por la carcajada

Anónimo dijo...

Siempre he sido más de leer y de escuchar que de escribir o hablar. Por eso no suelo escribir comentarios en los blogs, pero hay dos razones de peso que me llevan a variar esta costumbre. La primera es la creadora de este blog...8 años de relación nos contemplan y la segunda es que a mi el Barón de Munchausen, como algún otro personaje literario o cinematográfico me recuerda lo que más me gusta del ser humano.
No, no es lo fácil que nos resulta mentir. Es nuestra capacidad para fantasear, imaginar y, sobre todo, ser idealistas.
Hay una corriente (más bien una inundación) pragmático-relativista que lo rige todo, desde la política y la economía, hasta la religión, la amistad o el amor. Ante cualquier situación que se presenta en la vida, esta legión de pragmáticos te dirán...y ¿eso para que sirve? ¿ qué beneficio obtendrás de ello?. Además (por si eso fuera poco espeluznante), como relativistas que son, sus opiniones sobre cualquier tema se reducen a una: "eso es muy relativo" (se me eriza el pelo, se me afilan los dientes y me entran ganas de matar cada vez que alguien pronuncia esa maldita frase). Pues bien, si por mi fuera, todos estos bienpensantes pragmáticorelativistas estarían empalados en las plazas mayores de las ciudades y pueblos, con un cartel colgando del cuello en el que se leyera ¡Enemigo de todo lo bueno que tiene la humanidad! .
Don Quijote, El Barón de Munchausen, La historia interminable de Ende, la excelente Big Fish de Tim Burton y otros muchos me recuerdan que la humanidad no está tan mal...después de todo.
A tus sobrinas ponlas a ver el Barón de Munchausen, es cierto que se aburrirán (la película es buena incluso para verla con 43 años, pero el ritmo no es el de un videojuego, un videoclip o un videoloquesea). Los niños españoles hoy en día se aburren muy poco y así nos salen los informes de educación. Jamás hubo un niño que llegase a ser inteligente y que no hubiera tenido las suficientes dosis de aburrimiento. Jamás habrá un niño capaz de ser un héroe que no sepa ver más allá de la realidad.
¡¡ VIVA EL BARÓN DE MUNCHAUSEN !!.

Anónimo dijo...

En honor de la imaginación levanto esta copa que no está.

big fish, decentita, eso sí.

Unknown dijo...

Me pasa una cosa curiosa con Big Fish: sé que es de Tim Burton y que salía Ewan McGregor (para mí siempre será Mark Renton), pero no consigo acordarme de absolutamente nada más de la película, ni argumento ni una escena suelta. El título me induce a pensar en algún gran pez, pero por ahí tampoco encuentro nada en mi memoria.
Esto puede significar dos cosas: a) que no me acusó mayor impresión; b) que tengo un Alzheimer de comienzo precoz.
Siguiendo el hilo del comentario de Horacio, opino yo que más bien prolifera una corriente pragmática-conformista, que más que preocuparse por el posible beneficio, se plantea algo así: "partiendo de la base de que las cosas son como son y no puedo (ni voy a intentar) cambiarlas, ¿cuál es el camino más recto y con el mínimo esfuerzo?"
Y reconozco, algo avergonazada, que yo tiendo bastante a esa vertiente.

Buzzear (ES)