lunes, 16 de junio de 2008

Metámosle gas

El chico de mis entretelas se presentó el viernes al teórico de conducir y le salió bien. Si me entretengo un poco y él le mete gas, puede que en el momento del reencuentro, amorcito me reciba a aúpa y partamos en un buga blanco conducido por él. La verdad es que no me imagino la escena, no sé, a mí eso de la conducción y la informática siempre me ha parecido muy viril pero, lo primero, me gusta hacerlo a mí, y hasta el día de hoy he encontrado en él un copiloto excepcional. Me pone música molona, va to relajao, me dice que qué bien adelanto, me aplaude cuando aparco en tres movimientos y cuando llevo el bronceado camionero del brazo izquierdo, me suministra comida y bebida, me acaricia el cuello, se ríe con mis macarradas y no se duerme nunca. La verdad, yo no sé si seré capaz de mantener el nivel.

El primer carnet de conducir que tuve, a los 16, me costó 3000 pesetas en pesos mexicanos y, muchos años después, en 2004, tuve que pagar 7 clases prácticas en la ilustre ciudad de Oviedo para que me enseñasen a llevar un coche como las personas civilizadas. Ni se te ocurra tocar el claxon, no conduzcas con la mano sobre la palanca de cambio, reduce la velocidad, el de la derecha tiene preferencia en esta intersección, deja que cruce el peatón…Fue breve pero intenso, el profesor de la autoescuela estaba loco por perderme de vista y, cuando al fin lo logró, nos dimos un accidentado pico para celebrar mi aprobado. Espero de todo corazón que me haya olvidado.

Excepto por los millones que hacen falta, soy target BMW total. Qué bien lo hicieron con esa publicidad oye. A mí me gusta conducir, pero no sé qué me gustaría más, si tener un BMW o haber sido el que pensó la idea. Nah, qué narices en verdad tener un BMW es mucho mejor. Pero esto, hace un año queridos amigos de Esaque, ni siquiera me lo hubiera planteado una fracción de segundo.

Hablo tanto de Psicología que quizá tenga que recordar, o aclarar, que lo que me da de comer es la Publicidad. Soy redactora , o copy, como a ustedes les suene mejor. A veces escribo esas cartitas que firma su banco o las invitaciones para visitar la peletería que acabamos de inaugurar en Nueva York. Otras veces, pienso en regalitos que meter en cajas y con qué excusa voy a hacer un link entre el objeto y el mensaje que nos dice el cliente (entiéndase, la marca) que quiere comunicar. A esto se le llama, en plan guay, conceptualizar. Yo estudié Periodismo y aterricé en la Publicidad, desorientada, después de que los del El País me diesen la patada. En verdad no los culpo, yo también lo hubiera hecho, pero algún día me la pagarán. Ellos no eran culpables de mi desorientación y falta de convicción como tampoco lo era la Publicidad. Aún así, me habría ahorrado mucho tiempo si alguien me hubiese explicado antes que “conceptualizar” no era más que esto.

Una de las mejores lecciones que recibí desde que empecé a trabajar, me la dio mi primera senior-en-serio (antes tuve otro durante un par de meses, pero ese, pobre, no puede ni contar). Mi primera-senior-en-serio es una tía genial y divertida que me echó la mano en un momento difícil y ni siquiera sé si ella era consciente entonces. Pero esperen que freno y vuelvo a lo que iba que era a la lección. La senior lo que me dijo fue que escribir un folleto era como escribir un cuento. Es más, ni siquiera lo dijo dándome una explicación. Sencillamente recuerdo que soltó la frase al vuelo y a mí se me despejó la cabeza. Desde entonces, me encanta ser mujer y escribir folletos, o folletear, como a ustedes les suene mejor.

3 comentarios:

Orosia dijo...

Repito en fino: periodismo+psicología me parece demasiado.
Pregunto: ¿Por qué siempre tienes tanto que contar?
Comento: Ya verás qué macho verás a tu hombre al volante. Tanto como él a ti. Y no le corrijas si quieres seguir amándole.

Anónimo dijo...

No sólo espero que me corrija, también espero que coja el volante. Mi vocación no es la de conductor ni mucho menos. Pero en mi máquina de truenos sonará buena música. Prometo.

Sí que tiene mucho que contar sí, y afirmo de cara a sus acólitos y miembras acólitas sin cara, que los diálogos y acontecimientos que aquí reproduce no son ficticios, ella habla así de molona. Siempre tiene una cámara y un guante para desnudarse.

La chica cortocircuito dijo...

De periodista a copy cogiendo la autovía de la decepción... me suena.

Buzzear (ES)