jueves, 12 de junio de 2008

Yes we can

Empiezo a secarme el pelo esta mañana alrededor de las 5:30, afuera es de noche y es invierno. Suena el teléfono. ¿A estas horas? Me precipito desbocada escaleras abajo, cuando llego al fijo ya ha saltado el contestador. Me da tiempo a que la sangre entre en ebullición pero antes de que se apodere de mí el fatalismo más total suena el móvil. Como era de esperar a estas horas es un número desconocido. Los de España lo son. Puede ser algo súper súper bueno o súper súper malo. Es mamá y lo que tiene para contarme es mega bueno.

Mamá mía: ¡Amooor! ¡que hemos encontrado tu título!
Esaque: ¿El-el-el el original?
Mamá mía: Sí sí, claro, el original.
Esaque (deduciendo que el resto del mundo está tan alerdado como ella): ¡¿Segura?! ¡¿Pero segura mamá?!
Mamá mía: ¿Que si estoy segura? Pregúntaselo a Bego que hemos estado toda la mañana poniendo la casa patas para arriba, armarios, estanterías y cajones incluidos. Vamos guapa, como Bego renuncie ya me estás buscando sustituta. Cada vez que le digo que hay que buscar un papel tuyo le entran los siete males. De verdad, sí ríete, se pone de todos los colores.
Esaque: Ay mamá ¡qué emoción! Ya pensaba yo ayer que tanto esfuerzo no podía caer en saco roto y que de algún lugar tendría que surgir una solución porque en la vida las cosas cuando se hacen blaaaablaaaablaaaa…Y entonces me puse con el discurso chustimístico y salí al balcón para que el viento helado mañanero me ondease la melenísima recién secada y para despertarme y para terminar de creérmelo y para ver si, con suerte, algún vecino compartía conmigo la buena nueva y le ponía ojos a la escena.

Seguí tan emocionada el resto de la mañana que hasta lo conté al aire (momento cumbre de oyentes, cómo no) y fue lo primero que le espeté al psicólogo cuando llegué a la consulta. La cosa empezó bien pero terminó derivando en no sé qué leches sobre mis duelos y mis viajes y mi padre y no sé qué paridas más que me dejaron exhausta y entonces decidí que me daba el alta. Era la segunda consulta y no más Santo Tomás, soy la terapia más breve de la historia del psicoanálisis. Oye, qué eficacia, ahora estoy más motivada que nunca para darle duro a Bases Biológicas y Neurológicas del Comportamiento Humano. ¡Nunca pensé que hacer un examen me pudiese producir este nivel de emoción!

A la vuelta del psicólogo, rumbo a la agencia, llevaba el iPod en opción aleatoria y apareció esta canción. Me acordé de que en algún lugar leí -ahora que tengo tantas fuentes sobre espectáculos-, que en la fiesta post-ceremonia de los Oscar Bardem la bailó con su estatuilla en la mano. Y claro que sí hombre, di que sí, tú tan satisfecho con tu premio, yo tan feliz con mi título. No veas cómo te entiendo, Javier. A mí también me entraron ganas de ponerme a bailar desafiando a las mismísimas leyes de Murphy que rigen este mundo.

5 comentarios:

Error dijo...

Yyyyeeeeeeaaaaaaah baby!!!

Anónimo dijo...

Dichoso título, yo mandé a mi pobre padre en su búsqueda cual Indiana Jones porque ni lo había ido a recoger al cole!!!
Espero que te vaya todo bien, yo estoy muy contenta en mi nueva etapa laboral, jajajaja aunque no paro, sólo me falta empezar otra carrera y estamos empatadas!!Un besito!!
Carmen Vigil

e2 dijo...

Que manera tan especial de transmitir emociones.

Bien por lo de tu titulo
Agradecele mucho a tu madre!!

e2

Orosia dijo...

¡Enhorabuena! Qué bien que serás psicóloga. Pero en serio, ¿no prefieres hacer otra cosa? Es que periodismo+psicología paezme demasiao.

Esaque dijo...

Auuuh!! Give it to me baby, aha! aha!

Dichoso sí. La primera búsqueda materna (creo recordar que) en verdad la encargué hace 4 años, cuando terminé la carrera y quería que me lo cambiasen por otro título: el universitario. Esto es como los cromos.

Gracias a ti, a mi querida madre se lo agradeceré también de tu parte.

Gracias, gracias, más gracias. Pero no sé, otra cosa, ¿como qué?

Buzzear (ES)