martes, 5 de febrero de 2008

Nos mudamos

Nos mudamos y los estreses de la carga ya descansan casi por entero en las cajas que antes ocupaban nuestras pertenencias. Ha estado razonablemente bien, llegamos a puerto con 100 dólares de menos, sin discusiones conyugales de primera plana y manteniendo nuestra integridad física y casi hasta moral. Cuando se me pase la rabia por tan costosa injusticia y masajée un rato los músculos con agujetas de Eseque todo volverá a la nueva normalidad.

Hemos cambiado la casa de la isla por un loft con piscina en una especie de colegio mayor en Palermo Hollywood para jóvenes parejas o jóvenes singles. ¿Cómo suena, verdad? No está nada mal pero tampoco es para tanto, no os preocupéis. El nuevo nido-nicho tiene sus importantes deficiencias pero al final ha impuesto sus razones de peso en la balanza. De todas formas, cómo no, es transitorio. Me refiero a que es momentáneo dentro de lo pasajero, cuenta con una media de vida en nuestras vidas de 3 meses así que procuraremos meterle revoluciones.

Las mudanzas siempre me hacen pensar en lo pija que soy, en la poca maña que tengo para cargar cajas y hacer maletas como puzzles, en lo acostumbrada que estoy a vivir en casas de muñecas y, sin embargo, soy de naturaleza desastrosa y caótica. ¿Suena contradictorio?, la respuesta está en mi madre, de la que se me olvidó heredar el orden, la paciencia y el cuidado pero no el buen gusto.

Pasemos a mi top 5 de hogares que es a lo mentalmente me ha traído lo de poner mi casa patas para arriba en esta vida del revés. En orden cronológico (que para esto sí soy meticulosa):

1. Avenida Argentina (Palma de Mallorca): En sus cajas guardé los mejores recuerdos de la infancia, los veranos en familia, el primer CD de Sabina adquirido con mi paga de los domingos, el dibujo, la gimnasia, las tardes a remojo, maratón de paperas y varicela, mi primera palabra en inglés: radio, los helados de nata, mi colección de cromos, un pendiente impar, la semilla del cine, mi patio de colegio público, las tardes con mis padres o con mis amigas de entonces cuyos nombres recuerdo y cuyas caras no reconocería, mi tortuga Palma, el aumento del núcleo duro.

2. Bosques de Hayas-Vega del Llano-Vergel (México DF y Valle de Bravo): ¿Pero cómo? ¡¿3?! Ya he dicho que estoy hecha una pija. Y lo que es peor, una pija desbocada por eso hay quien afirma apreciarme de corazón y sin embargo no tiene problema en imaginar a la pequeña Esaquita como la hija de Escarlata O´hara en su pony. El caso es que soy incapaz de separar la una de la otra o de la otra y como todas responden a la misma mudanza, aquí están, en pack. ¿Tendría que cambiar el propósito y llamarlo “Mi top 5 de mudanzas”? Paso. Entre las paredes mexicanas me dejé la adolescencia, los fines de semana más completos y añorados, las vivencias de instituto, los descubrimientos que más marcan, el gusto por las sobremesas sin reloj y también por los momentos de soledad. Una familia rota. Los olores, los sabores y los rincones a los que uno siempre querrá volver.

3. Calle Asturias (Oviedo): Era un piso en forma de caracol, con poca luz y el salón más parecido al cielo que conozco. Mi madre compró un sofá muy cómodo y muy amarillo para recordarle al alma la necesidad de no quedarse para siempre en él. Yo me compré mi primer uniforme en el último año de colegio y con él conocí a las mejores amistades de hoy, las calles de la ciudad en la que había nacido y poco más, y la rutina extraveraniega de primo1. Como los caracoles, me sentía siempre en casa y muy recogidita. Era justo lo que necesitaba.

4. Juan XXIII (Madrid): Dos colegios mayores en una misma acera. Espero que os lo podáis imaginar. Reconozco que en la facultad miraba con cierta pena a los nativos de Madrid. Reconozco también que ese sentimiento fue perdiendo intensidad con el paso de los cursos.

5. Maestro Solano (Málaga): Donde el sol me volvió a calentar. Donde me volví a encontrar con los buenos hábitos y los sentimientos que hacen que te moles, con el día a día de mi padre, con un par de ideas que lustré y muchas dudas que decidí olvidar. Estoy enamorada de esta ciudad.

En un año os enlisto mis casas argentinas de mayor a menor amor. Mi deseo es que tengan un orden cronológico inverso, como los posts. Ya iremos viviendo.

Esa que piensa en vuestros ojos.

8 comentarios:

Error dijo...

Nos cambiamos de casa y de cara, por lo que veo. Bien limpio y despejado, para que no se pierda nada en la mudanza.
Que lo tuyo son mudanzas de verdad, nada de cambiar de barrio, directamente de país y de continente. Y aquí estamos algunos, provincianos de por vida...

Anónimo dijo...

La verdad es que me gusta el diseño, se te ve mejor la carita.
En la lista sólo te falta un castillo con torre y todo princesita.

Larson dijo...

Mallorca, Oviedo y México son las que comparti contigo(Bueno y Ciudad Universitaria, aunque no hemos coincidido en el tiempo)
Hace años que no compartimos techo y aun asi no puedo sentirme mas unida a ti.
Sabes como irte quedandote, como dejar huella.
Ha llegado el moemnto en el que se que pase lo que pase siempre te tendre cerca.Anque eso no hace que deje de echarte de menos como lo hago.
Me haces falta en muchos momentos!
Un beso

Anónimo dijo...

Esaque, me fascina tu forma de escribir y tu apasionante vida.
Seguiré leyendo para conocerte mejor.

Anónimo dijo...

Me alegro de que vuestro nuevo hogar sea momentáneo dentro de lo pasajero, curiosamente nuestra instalación eléctrica resulta inservible dentro de lo ineficaz. Repasando tus guaridas me he dado cuenta de que no he conocido ninguna de ellas, aunque la que más escuece (quizás por estar tan cerca del agua salada)es una que no mencionas. Claro que esto es culpa de la mujer que nunca estuvo allí, supongo.

Muy feliz nueva etapa, chicos.
(Ah, y no eres pija, lo que pasa es que tu pasado incluye colegios privados y anécdotas ecuestres. Eso sí, vete posicionándote para cuando llegue la batalla final...)

Anónimo dijo...

Digamos...que sé de lo que hablas!! jajajaja. Con mis casi 10 traslados distribuidos en otras tantas ciudades y un par de paises...en fin.

¿Es cosa mía o en cierto modo se va desarrollando cierta facilidad para hacer maletas de los recuerdos?

¿Es cosa mía o cada vez es más fácil despegarse de los trastos por eso de que vamos interiorizando que "conservar algo para recordarte es admitir que podría olvidarte"?....Lo que si sé es que de cada sitio que dejas te llevas algo dentro, algo que nos hace ser un poquito más nosotros...y también dejas, claro...dejas huellas, recuerdos en los de alrededor y tantas otras cosas....

Te deseo que te lleves algo bueno que te haga más feliz en esta nueva etapa que empieza. Un besazo fuerte y muchos animos con las cajas, buff!!

Lluc Alemany dijo...

Yo comparto Mallorca sin conocernos por ese entonces. Viviendo tan cerca seguro que alguna vez nos cruzamos en Galerías o en el McDonalds...
En cuanto a Madrid, sé lo que es vivir en dos colegios en la misma acera. Y lo mío sí que es así. A ti te tocaba cruzar ese semáforo que nos pusieron en el segundo.
Sé que te falta una parada en tu vida. Me gustaría que pusieras "casa Mastrelli" como otro de tus hogares, aunque no tuvieras sede permanente allí si eras una más. Falta recordar los "saranno pennossi" (o como se escriba), las noches de cornetti con nutella y las risas con Sara, Marty, Luca, Michela i Scipio.
Por favor, prometeme que volveremos a Roma juntas pronto!
Besos

Enrique Páez dijo...

No hay mayor mudanza que la que sucede por dentro, pero las casas son estados de ánimo. Un inventario de casas resume una vida. Es un placer leerte.

Buzzear (ES)